Cocina en familia: Mezzelune
Cocinar en familia puede ser un buen plan de fin de semana. Esta vez nosotros nos decidimos por las pastas rellenas.
Cuando a Cecilia se lo antojaron las pastas rellenas dijo “¡Que ganas de comer sorrentinos!” y nos contagio a todos el antojo.
Los sorrentinos son una pasta rellena muy común en Argentina, pero muy difícil de encontrar en el resto del mundo, y como no sabíamos donde conseguirlos en Madrid, decidimos hacerlos nosotros. Fue entonces cuando convencimos a Renata de cocinar juntos el sábado.
Empezamos a pensar como darle la forma a los sorrentinos sin un molde. Primero pensamos en cortarlos con un vaso, luego con un frasco y finalmente dijimos: “¿Y si hacemos mezzalune?”. Y en ese momento se diluyó la idea de los sorrentinos y arrancamos con las mezzalune.
Las mezzalune son una pasta rellena con forma de medialuna con los bordes curados, muy parecida a los Agnolotti del Piemonte en Italia, con la diferencia de que estos van rellenos de carne estofada y las mezzelune van con rellenos variados. Nosotros las rellenamos de salmón ahumado, queso brie y cebolla caramelizada.
La receta pura y dura, con los ingredientes y todos los pasos para preparar las mezzelune de salmón ahumado y brie están en este enlace, y acá te contamos como las hicimos.
Para facilitar el armado, empezamos visitando el bazar chino del barrio y fuimos a comprar un molde para las mezzalune, que es el mismo que se utiliza para las empanadillas. También compramos un cortante redondo par que todo sea aún más fácil.
Con las manos en la masa: Primero mezclamos la harina, el aceite y la sal y Renata empezó el amasado hasta que consiguió el bollo que necesitábamos. Lo envolvió en papel film y lo pusimos a descansar.
Mientras descansaba la masa, preparamos todos los utensilios e ingredientes y nos alistamos para comenzar.
Mientras papá preparaba una salsa de setas para el final, Cecilia y Renata prepararon el relleno cortando toso los ingredientes.
Luego, estiramos la masa con el uslero (palo de amasar) y la cortamos con el cortante circular.
Mientras papá cortaba los discos, Renata y mamá armaban las mezzalune. Primero, el brie, luego el salmón ahumado y por último la cebolla caramelizada. Sin olvidarnos de humedecer los bordes para que se pegue bien y no se abran al cocerlos.
Una por una se fué llenando la bandeja, que pusimos un rato en el congelador para que se afirmen.
Luego, los hervimos y los salseamos con la salsa de champiñones que preparó papá.
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